Hay mucho frío, tanto que me cala los huesos
Hay un perro en mi ventana, que llora de dolor
De un dolor tan profundo que te sacan las lagrimas
No lo puedo soportar y salgo a platicar con el.
Me dice que esta solo, abandonado y tan perdido
Que no encuentra su camino.
Lo tenía todo, y ahora todo se ha ido.
Blanco como la nieve
Y los ojos negros, tan profundos como la noche.
Le ofrezco pan y leche.
Pero su pena es tan grande que ni hambre tiene.
Solo se queda sentado en medio de la calle
Sin importarle si las horas pasan o se van.
Voy por una manta para cobijarlo
Pero se ha ido, aullando el olvido.